Ricard González
El Cairo
28 JUL 2013
Las organizaciones de derechos humanos presentes en Egipto se
muestran preocupadas por la falta de tranparencia y de garantías en los
procesos legales abiertos contra el ex presidente Mohamed Morsi,
sus consejeros, y otros líderes de los Hermanos Musulmanes. Según la
agencia oficial de noticias, el pasado viernes un tribunal imputó a
Morsi diversos cargos, entre ellos los de conspiración y espionaje por
sus vículos con la milicia palestina Hamás.
“No se están respetando los derechos del expresidente Morsi. Continúa
sin tener acceso a un abogado, está incomunicado en un lugar
desconocido y su familia no le puede visitar”, declaró Diana Elthaway,
la responsable de un equipo de Amnistía Internacional
desplazado a Egipto. “Al menos él sabe cuáles son los cargos que le
imputan, pero varios de sus asesores llevan más de tres semanas
detenidos sin que se hayan presentado cargos”, añade.
Según Elthaway, existe una sospecha razonable de que los procesos
legales contra buena parte de la cúpula de la Hermandad representan un
“ajuste de cuentas” de las nuevas autoridades y tienen una motivación
política. El caso de Abdel Moneiem Abdel Maqsud, el más prominente
abogado de la cofradía, es especialmente siginificativo. “Abdel Maqsud
fue arrestado en la prisión de Tora, donde había acudido para
proporcionar asistencia legal a varios líderes. Él era el encargado de
coordinar su defensa, por lo que su detención dificulta la tarea”, dijo
la abogada. Desde que fuera detenido el 3 de julio, tan sólo una
delegación formada por Mohamed Faiq, un ex miembro del Consejo Nacional
de Derechos Humanos, y Náser Amin, director de un grupo panárabe que
vela por la independiencia judicial, han recibido la autorización para
reunirse con Morsi. No obstante, el líder islamista declinó hablar con
ellos y envió a uno de sus asesores, Rifá Tahtawi. Según informaron tras
la reunión, Morsi se encuentra bien de salud y no está recibiendo
“presiones”.
Sin embargo, la agencia de noticias AP asegura que el ex presidente
ha sido sometido a interrogatorios diarios, alguno de hasta cinco horas
de duración, por parte de los servicios de inteligencia militar. En los
interrogatorios, Morsi habría sido cuestionado sobre varias de sus
decisiones y sus relaciones con entidades extranjeras, pero también
sobre el funcionamiento interno de los Hermanos Musulmanes,
lo que sugiere que las nuevas autoridades podrían estar recabando
información para abrir un proceso legal contra la cofradía. El
reportaje, que sólo cita fuentes anónimas, afirma que Morsi se
encontraría fuera de El Cairo, y que desde su arresto habría sido
trasladado de un recinto perteneciente al ministerio de Defensa a otro
en al menos tres ocasiones. Anteayer, el ministro de Defensa, Mohamed
Ibrahim, apuntó que Morsi podría ser enviado en breve a la prisión de
Tora, la misma que aloja a Hosni Mubarak.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/28/actualidad/1375030913_166988.html
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